Meticulosa a morir

                                                                    
Revisó cada detalle, su peinado, su vestido, el maquillaje, todo debía ser perfecto. Los preparativos para recibirlos estaban coordinados, las sillas dispuestas correctamente, a un rincón las cosas que se servirían. No consentiría ningún tipo de crítica. Repasó los últimos detalles. Se asomó a la ventana y comprobó que los primeros autos  estaban estacionándose. La noche era agradable, entre las nubes se apreciaba la luna sonriente, el patio se encontraba iluminado, entonces se recostó satisfecha. Poco a poco fueron llegando. El comentario general entre los asistentes fue lo bonita y elegante que lucía aún en el féretro.


La Tigresa y el hombre

  Se internó en la caverna del cerro buscando refugio, sin sospechar lo que le traería el destino. Llevaba dos días sin comer, el agua de la...