Extraño a mi padre

No sé si es producto que uno se va poniendo más viejo, y por ello más sentimental, lo cierto es que por estos días, me he acordado mucho de mi viejo...y debe ser porque de algún modo me hace falta el refugio de sus brazos, ese cariño de sus caricias en mi pelo, cuando me acostaba en su regazo, aún siendo hombre y padre, por que nunca dejé de ser su hijo, ese niño regalón, que encontraba en él, comprensión, protección, refugio, calor de padre, ese calor que emanaba de él, y que llenaba los espacios donde habitaba. Con el tiempo los papeles se fueron invirtiendo y antes de su partida,tuve que yo protegerlo, cuidarlo, mimarlo y amarlo como a un hijo. Y es que prácticamente partió en mis brazos una noche en que su conciencia se perdió en las tinieblas y me quedé abrazándolo sintiéndome tan asustado como él, no sabiendo que hacer, que le pasaba, porque su cabecita desvariaba, y con su mirada pérdida y sus ojos asustados, logré que se durmiera, pero yo supe que en ese momento fue su despedida.

La vida es dura de pronto, y uno se siente sólo, sin que nadie lo proteja, y entonces cierro los ojos y me refugio en el recuerdo de mi padre. No escribo esto con más afán que volcar lo que siento hoy, en una noche porteña, con su trsiteza lánguida y el recuerdo latente de mi padre, mi viejo, mi partner.

La Tigresa y el hombre

  Se internó en la caverna del cerro buscando refugio, sin sospechar lo que le traería el destino. Llevaba dos días sin comer, el agua de la...