Es tiempo de contemplación, desde la meseta de mis años observo la llanura de mi pasado y el pasto es verde, frondoso. Entonces abro las alas de mi espíritu y planeo de vez en cuando, y me elevo a cada instante buscando la plenitud de mi vida.
Cuando llega la noche
Me gusta escuchar música mientras escribo y pienso, y sueño, y cierro los ojos pensando una y otra vez, que estoy haciendo con mi vida. Para la mayoría lo correcto, aunque me resulte detestable, sin sentido, tiempo perdido y demás. De pronto hasta llego a pensar, que no tiene importancia lo que sienta o piense, lo que realmente importa es hacer lo correcto, lo común, lo tradicional.
Y antes de acostarme, siento como el preso condenado a cumplir su pena tras las rejas, que mis errores me tienen en este punto de la vida, en que sólo cuenta continuar, hacer lo que todos hacen, porque el tiempo de soñar ya quedó en el pasado. Quizás fue una etapa que olvidé vivir cuando niño, pero que ya no tiene vigencia, y es inútil reclamar como pérdida, porque nunca volverá.
Cuando llega la noche y siento el silencio nocturno, pienso en aquellas cosas que no tienen explicación, en los tiempos muertos, en los sinsabores, en las horas gastadas, en el cumplimiento fiel de un rol que nos hace parecer persona y lo que más me atormenta es estar caminando en un sendero sin fin, sin sentido, con lo única certeza que estoy perdiéndome en esa tediosa rutina.
Cuando llega la noche, una parte de mi se muere conmigo, pero debo callar porque los demás están contentos con mi actuar normal. La oveja volvió al rebaño, es lo único que cuenta pariecera dictaminar mi destino.
La Estrella que quería bajar a la tierra
Un día, amaneció más nostálgica que de costumbre y sintió la voz de un niño que la señalaba desde la tierra diciéndole a su padre, “esa es mi estrella papá, si algún día muero viajaré hasta ella y me quedaré ahí para siempre, para estar vigilándote del espacio”. El pequeño de apenas 5 años tenía cáncer y su padre, no pudo contener las lágrimas ante lo exclamado por su hijo.
Desde entonces y con autorización del sol y la luna, la estrella podía acercarse un poco cada día para que el niño, la pudiera contemplar mejor. Al cabo de un año, a los ojos del pequeño parecía haber aumentado cinco veces su tamaño y cada día se la mostraba a su padre, quien imaginaba que aquella estrella venía en busca de su hijo. Mientras por una ventana, el niño miraba lleno de alegría, como la estrella se acercaba un poco más, en la otra su padre sollozaba acongojado por tal hecho (sólo su esposa lograba consolarle)
Lo cierto es que el infante extrañamente comenzó a mejorar, y mostró tal mejoría que los médicos no lograban dar crédito. Pero, como suele suceder, un científico alertó del acercamiento de la estrella y se produjo a nivel mundial, todo tipo de conjeturas, desde las más idealistas a las más fatídicas. Lo cierto es que el sol y la luna, le pidieron a la joven estrella comenzara a retroceder, porque los habitantes de la tierra se estaban asustando. A regañadientes hizo caso. En tanto el menor, comenzó a empeorar de salud. La estrella y el niño se iban apagando lentamente, una porque cuando había encontrado un sentido a su vida no podía ayudar al pequeño y el otro porque pensó que la estrella se había enojado con él y que lo rechazaba.
Cierta noche, la estrella desesperada por saber que éste agonizaba, decidió presentarse a través de un sueño. Aquella noche, el pequeño deliraba de fiebre, sus padres suponían lo peor, mientras éste susurraba las siguientes palabras "estrellita, estrellita, por qué me has abandonado"...Tras un instante los padres vieron como una luz iluminaba toda la habitación, el niño comenzó a sonreír, y la estrella le explicó al oído lo sucedido en la tierra. Después de un rato, se le bajó la fiebre y se recuperó totalmente. Desde entonces todas las noches, se sienta en la ventana con su padre en la ventana y conversan con su amiga estrella que le salvó la vida.
Cuando me siento perdido
Me gusta encontrarme en tus ojos
cuando me siento perdido
estándome con el sabor de tus labios
mientras regresas por la noche.
Sólo entonces logro fundirme
en un instante sin lamentos
que me transporte
más allá de las tinieblas.
Porque cuando estás conmigo
el perfume de tu piel
me embriaga los sentidos y
puedo sentir que la vida me sonríe.
No me canso de tus labios
adheridos a los míos, de noche de día,
y quedarme contemplando
mientras te hago mía.
Me gusta encontrarme en tus ojos
cuando me siento perdido,
me gusta abandonarme
entre el nido de tus piernas
donde se funde
el temor de mis sueños heridos.
Y me despierto a medianoche
sólo para reencontrarme en tus ojos
y saber que no estoy disipado,
como naufrago lacerado
a la deriva de tus silencios.
Bajo la luz de la luna,
me deleito con promesas incumplidas
tú dormitas y
yo perezco cada instante a tu lado
pleno de amor por ti.
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¿Qué es para tí un beso?
El significado de el beso es el acto de tocar algo con los labios, generalmente a otra persona. Es una práctica habitual entre los humanos, también presente en otros primates y en otros órdenes de animales. Fijense que dice expresamente tocar algo con los labios, pero cuando hablamos del beso, lo primero que se nos viene a la mente es el contacto de los labios entre dos personas. Ahora, si me preguntas que es para mí un beso, te diría que es el acto íntimo más delicado que hay, y donde la entrega puede traspasar las barreras de los sentimientos. Sin duda que hay todo tipo de besos, de esos por compromisos (entre parejas con relaciones gastadas), besos donde sólo prevalece la pasión (que son el preludio para tener sexo) y los hay aquellos en que el sabor de los labios, la textura, la temperatura de la boca ajena, se te quedan grabados en la memoria a fuego. Siempre hay besos que son inolvidables, y aunque sin duda algunas veces los primeros son importantes, yo prefiero aquellos especiales, donde se conjugaron la ternura, con la pasión y esas ganas de transmitir a borbotones lo que estás sintiendo, esa emoción espantosa entre amor, deseo, locura, ternura...sin duda que un beso es una cosa mágica, de mucha entrega, donde la intimidad de dos personas se funde en ese contacto, en ese encuentro de labios, de lenguas, de bocas deseosas, de pasiones retenidas, de sentimientos encontrados, de miedos, de sueños, ilusiones, todo se desviste con un beso. Por que un beso te desnuda, hace que salga todo de tu ser, si en ese momento amas no quedará duda alguna, podrás rehusar tu entrega en palabras, en el control de tus sentimiento, pero si besas de verdad, entonces serás delatado. A mi me gustan los besos lentos, suaves, juguetones que comienzan como indefinidos rozando las comisuras, hasta atrapar de sorpresa el labio de la mujer besada, para atraparla, atraerla, poseerla, hacer que sepa que es mía desde el momento que la beso. Hay besos que te quitan el aliento, hay besos inesperados, hay besos tiernos, ardientes, fríos, deslavados, besos que defraudan, que en vez de encender apagan, pero no se trata de técnica, se trata de entrega, y cuando esa entrega no se produce, un beso se transforma sólo en el contacto físico de los labios nada más. En cambio, cuando la química llama, cuando los labios se atraen, cuando tu sientes que ya no aguantas más por besarla, y ella sólo quiere que la beses, entonces sólo entonces, puedes hablar de un verdadero beso. Y tú ¿Que opinas de los besos?
Soñé contigo
Tú ni siquiera lo sabes,
pero anoche soñé contigo,
cumplí mi deseo
y sentí la dulzura de tus besos,
la complicidad de los afectos encendidos,
y por un instante,
la vida me pareció más dulce.
La madrugada me arrebató la nostalgia,
y me descubrí
nuevamente en compañía de la soledad,
pero sonreí de dicha,
al saber que al menos en un sueño
pude tus labios sentir.
Seguirá la vida, seguirá la tuya y la mía,
por caminos distintos,
incluso ajenos totalmente,
pero yo podré cerrar los ojos
y por un instante recordar tus besos,
y la vida no me parecerá tan mesquina.
Quizás en otra vida, podrás ser mía,
en tanto seguiré soñando,
con la sola esperanza que algún día,
abriré los ojos,
y estarás conmigo.
Tú ni siquiera lo sabes,
pero anoche soñé contigo.
Vejez
Meditar
La meditación (del latín meditatĭo, -ōnis) describe la práctica de un estado de atención concentrada, sobre un objeto externo, pensamiento, la propia consciencia, o el propio estado de concentración.
Sientate, acuestate o colocate apoyado contra la pared, lo importante es que adoptes la posición más cómoda y en la que puedas permanecer el más tiempo posible, luego inhala - exhala, y mientras lo repites, toma conciencia en éste acto, de tu cuerpo como el gran envase de tu espíritu, toma conciencia del tiempo presente, de tu respiración, de cada órgano de tu cuerpo y verás que algo comienza a pasar dentro de ti, sin que tú lo controles, una paz comenzará a invadirte, un letargo emocional, que se apoderará poco a poco de tu organismo, relaja tu rostro, el cuello, los hombros, la espalda, dejate abandonar y en ese estado de relajo, imagina que en el centro de tu cabeza se abre una pequeña abertura donde viertes agua tibia, deja que esa agua te recorra interiormente hasta el más mínimo rincón y toda la mugre interna liberala a través de tus extremidades, manos y pies, deja que el agua circule y fluya sin poner resistencia para que te vayas limpiando, purificando. Una vez que sientas que toda la escoria interior se ha aflojado y liberado, cierra las compuertas y por la misma abertura deja entrar ahora la energía cósmica, sentirás que la misma es más densa que el agua y a medida que va ingresando y ocupando espacio en tu organismo y sentirás una presión en el pecho, como si tus pulmones se hubiesen dilatado, y tus hombros extendidos, probablemente sentirás un peso en tus hombros, deja que las cosas fluyan, hasta que estés pleno. Entonces tu respiración será apenas perceptible, mantén ese ritmo tardío, y abandonate, dejate llevar, entregate en cuerpo y alma, tal vez ocurra algo muy especial que nunca olvidarás. De no ser así, no te preocupes, sólo regresa voluntariamente poco a poco, hasta que vuelvas a tomar conciencia, controla la respiración, mantén la concentración de la respiración y vuelve muy lentamente, abre los ojos despacios...
Sin duda la meditación, elevará tu espíritu a sensaciones más sublimes y te volverás más sensitivo ante las armonías y vibraciones de tu entorno, quizás sentirás a las flores, las aves y o los animales domésticos, camina por la playa e interna los pies en el mar y sentirás la vibración marina, creeme que no hay medio de transporte más especial que te pueda transportar en ésta vida.
Un abrazo cósmico y disfruten la experiencia.
¿Y tú, que esperas?
¿Qué hacer?
No saber que hacer se ha transformado en una constante por estos días, y es que mi mente está obnubilada, las dudas se golpean entre sí, y vuelvo a caer al abismo de la estupidez, si, digo estupidez porque siendo ya un proceso reiterativo considero que no puede ser otra cosa que estupidez pura, en su máxima expresión. Y desde la ventana de la cordura me apoyo en la conciencia para tratar de entender mi proceder, acaso mi desvarío y mientras contemplo mi ser en el espejo de la realidad, no puedo tener clemencia de lo que veo, porque no teniendo excusas aún no defino de una vez por todas que es realmente lo que quiero y me sigo arrastrando en una quema de horas que además arrastra a mis seres queridos al ver que no avanzo y me revuelco en la mediocridad. Es duro aceptarlo, aunque la indolencia ya es parte de mi piel, mi mirada taciturna se quedó apagada en unas horas pasadas y no logro ver la luz que me indica mi corazón, si, por que a pesar de toda esta desidia mi alma se encuentra serena y esa extraña calma es la que más me desconcierta, puesto que aún sin dar paso alguno, el desasosiego que me sobrecoge es meramente mental, quiero decir racional ya que en lo más insondable de mi entrañas la quietud se mantiene para mi sorpresa incólume. Y entonces deseo abandonar esta postura ilógica he intento obligarme a hacer aquello de sentido común, ese mismo sentido común que reniego pero que en el fondo ante el fracaso de mis actos, me veo forzado a tener que aceptar, por que ya no logro disfrutar mi libertad. Todo me empuja a perderla y con resignación trato de autoconvencerme, que es por un tiempo, que es necesario, que no significa renunciar a mis sueños, y de pronto sobrevienen las dudas nuevamente, acaso esos sueños no son más que una quimera que no tiene mayor alojamiento que en mi imaginación como una especie de salvavidas creado por mis tribulaciones y temores infantiles. Y trato de masticar, roer, y destrozar todo disfraz creado en el pasado para reencontrarme con mi esencia y me sumerjo en un mar de sensaciones que me arrastra sin poder aferrarme a algo que me sostenga y entonces en el vacío de las emociones sucumbo sin fuerzas, mientras el sonido del tiempo martilla mis oídos y mi inconsciente. ¿Qué hacer? Se repite en mi mente como el ir y venir de las olas que golpean el arrecife de mi vida y no teniendo una respuesta me aporreo contra las rocas de la realidad como una tabla a la deriva, esperando que quizás algo o alguien me rescate, aún teniendo plena consciencia que ello no ocurrirá.
Asombrarse
De acuerdo a la designación simple del diccionario, es “Sorpresa, o causar admiración” y entonces me pregunto ¿Será un término en extinción? Recuerdo que cuando niño uno se asombraba cuando iba al circo y veía un acto de magia o de equilibristas en las alturas, las piruetas de trapecistas, etc. A los ojos de un infante por entonces, prácticamente todo era asombro. Vienen luego los recuerdos de las primeras navidades y la magia del viejito pascuero (de aquel que bajaba por la chimenea para dejarte los regalos), y trato de continuar y aquí caigo en un profundo pozo, en una laguna de tinieblas donde los recuerdos asombrosos suelen tomar una connotación distinta, e inclusive “ridícula” para los tiempos actuales, como por ejemplo descubrir de donde venían los niños, o la sensación que te provocaba el saber que la niña que te gustaba te mandara un mensaje (no de texto, por entonces no existían los celulares) con un amigo, a veces un papelito de cuaderno, o simplemente un recado, para que nos juntáramos en la plaza, donde íbamos en grupo, y nos acomodábamos en una banca a conversar, sí a ¡Conversar! Sin fumar nada, ni ingerir alcohol, entre las seis y las nueve (en verano) antes en invierno. Hoy me asombro de haberlo vivido, porque parecen cosas de un siglo pasado, de novelas, de películas antiguas. Y entonces miro a mi alrededor, y lo que me asombra es que ya nadie “se asombra por nada”, casi parece una estupidez siquiera mencionarlo. En mi jardín de la casa, apegado a los ladrillos de entrada, salieron un racimo de honguitos color lila que miden unos
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¿Por qué?
Los más dicen que fuimos creados a semejanza de Dios, y hasta cierto punto es creíble, pues podemos ver más allá de lo que pueden nuestros ojos, somos capaces de oír voces del más allá, somos la única especie que hace el amor, que crea, se maravilla, y otras más. Entonces me pregunto yo ¿Por qué? sí, ¿Por qué vivimos así? Si así ¿Cómo? me preguntarás. Y antes de responderte, permíteme hacerte otra pregunta ¿Crees que alguno de nosotros vive a semejanza de Dios? Es decir, ¿Crees que Dios iría todos los días a trabajar de cajero a un banco, o como guardia de un supermercado, o como conserje o bien como abogado de un estudio, o enfermera, profesor, ingeniero, etc., etc. para cumplir horarios, metas, para endeudarse, y llenarse de cosas, que al final de su vida no le servirían para nada, pues se iría tal como llegó? Y suponiendo que fuese así, ¿Para qué entonces nos dio la imaginación? ¿Para que la capacidad de soñar? ¿Para que la capacidad de maravillarte por la vida? ¿De que le puede servir a una cajera de supermercado? Sólo la distraería…ya sé, me dirás que mi punto de vista es demasiado negativo, porque esa cajera, después de su trabajo puede llegar a su casa, donde la esperan sus hijos, y entonces ella se sentirá feliz en ese mundo, ya que con su trabajo (que le absorbe la mayor parte del día) sus hijos (que son criados por terceras personas, abuelas, parejas, jardines, nanas) tienen para comer, vestirse, ir al colegio, y tener un techo. Ok, pero fíjate bien que los animales a su manera consiguen lo mismo y con menos esfuerzo, de hecho sólo los animales domésticos obedecen, el resto se las arregla solo, cosa que nosotros no podemos decir lo mismo, ya que dependemos de todo y de todos. ¿O acaso el indigente que duerme en la calle, no depende de la caridad de otros?
A veces me pregunto ¿Cómo sería el Jesucristo moderno? ¿Qué país elegiría para nacer? (Con tanto conflicto bélico y locos sueltos) ¿Cómo vestiría? ¿En que trabajaría? ¿Sería profesional? (¿podría optar a crédito universitario?) ¿Tendría tarjetas, chequera, cuentas bancarias en dólares? ¿Sería nuevamente hijo de un carpintero? ¿Se atendería en hospitales públicos? ¿Iría a programas de farándulas o se metería en un reality? ¿Qué diría el Papa si él le dijera que volvió? ¿Se comunicaría con sus fieles a través de Facebook, o crearía su propio twiter?
Y si él viniera y se presentara en tu casa y te preguntara ¿Por qué vives asÍ? ¿Qué le responderías?
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¿Y si hoy fuera tu último día?
¿Que pasaría entonces por tu cabeza? Se me ocurre que lo primero que te vendría a tu mente sería pensar en las cosas que te faltaron por vivir, en las cosas que dejarías de hacer, en las personas que dejarías de ver y compartir, en aquello que no le dijiste a un ser amado, o tal vez en que no alcanzarías a pedir disculpas por todos tus errores, en fin la lista puede ser interminable. Pero quizás en ese momento logres detenerte un instante para apreciar el sol, el cielo y si eres aún más privilegiado (como lo somos algunos) quizás hasta puedas contemplar el mar, y darte cuenta que esas cosas siempre estuvieron ahí, eras tú quien “no tenías tiempo para verlas”.
¿Crees tú que luego de saber que vas a morir, podría preocuparte si a tu auto le hace mantención? ¿Si la plata que tienes guardada alcanza para fin de mes? ¿O quien limpiará la casa? o ¿se preocupará de mantener tus zapatos ordenados como a ti te gusta? ¿Sí te vas a perder el partido de tu equipo el próximo domingo? o ¿Quién lavará a mano esa blusa que tanto cuidas? ¿Por qué sólo en ese instante le das un distinto valor a las cosas? Absurda pregunta me dirás, el tema es que te vas a morir ¿De que estoy hablando? Podrías responderme airado. Aquí quiero que me prestes atención, todos absolutamente todos vamos a morir y eso TODOS LO SABEMOS y luego te pregunto, SI LO SABEMOS, ¿por qué actuamos como si eso no nos fuera nunca a ocurrir? ¿Por qué entonces vivimos pendientes de obtener cosas, de lograr metas, de triunfar? Como si ese fuese el único objetivo. El sólo ESTAR VIVO ya ES MARAVILLOSO!!!!
¿Qué se necesita para disfrutar la música? ¿Para contemplar las estrellas? ¿Para apreciar la naturaleza? ¿Para salir a caminar? ¿Para amar? ¿Para dibujar una sonrisa en tu rostro? ¿Para dar un abrazo, una caricia, una mano? ¿Para agradecer que tengas la oportunidad de estar vivo? (¿cuantos espermios no lo logran?) en fin, muchas cosas más. Y vuelvo a preguntarte, para conseguir lo anterior, ¿Se requiere dinero? ¿Estudios? ¿Status?, la respuesta es absolutamente NADA!!!!!, vienes con TODO para SER FELIZ ¡!!!, entonces cambia esa cara, deja de pasarlo mal que a eso no vinimos y ENTREGATE a la vida, disfruta EL PRESENTE, rescata lo bueno del pasado (aún las cosas malas dejan aprendizaje) y despreocúpate del futuro (pierde cuidado que él sólo vendrá a ti).
Recuerda lo que decía un maestro Zen “Nunca puedo bañarme en el mismo río”, la vida NO SE DETIENE porque tú lo deseas, todo, absolutamente todo continúa su marcha sin distinción. Las horas pasan, los plazos se cumplen, los ciclos de las estaciones no cambian, las olas del mar llegan a la orilla de la playa, la luna y las estrellas aparecen en la noche, muere gente, otras que nacen, nada, nada se detiene.
Por eso cuando sientas pena, tristeza, desdicha, o que la vida te parece un castigo, pregúntate simplemente ¿Y si hoy fuera tu último día?
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"Me Falta"
Si hubieses consultado a alguien por la muerte de Wladimir Gutiérrez, con seguridad te hubiesen contestado que nadie lo conocía, pero si en cambio hubieses preguntado por “me falta” te darían todo tipo de pormenores de quizás el velorio más concurrido que haya sucedido en el pueblo de Santa Cruz.
Es que sin duda, no había piedra en ese pueblo desértico que no supiera de la existencia del mendigo más curioso que alguien pudiera haber conocido. Nadie podía precisar cuando llegó, incluso dicen los primeros habitantes que él ya estaba cuando arribaron, lo cierto es que formaba casi parte del paisaje la presencia de aquel mendigo que a pesar de que nunca le faltó nada, siempre conservó esa mueca característica de su rostro que parecía reclamar algo más, y acto seguido cuando le preguntabas que era, solía decir “nada”, dejándote con la sensación de no haber logrado su satisfacción total.
Así era Wladimir Gutiérrez un eterno inconformista que justificaba su desdichada vida, por la carencia siempre de algo, cuando andaba solo por la vida, se le oía decir que lo que le faltaba era una mujer, y aunque nunca lo confesara se sabía de amoríos tormentosos con mujeres jóvenes e incluso vírgenes que cayeron en sus redes, y de más de alguna mujer casada que le abrió sus puertas para pasar el frío de la noche que terminó seducida por éste infame. Lo cierto es que era de esos seres que no pueden ni dejan conocer la felicidad. Cuando añoraba un hijo, se supo de varías crías que le fueron imputadas, pero prefirió negarlas a todas, alejándose del pueblo.
Cuando volvió tiempo después, lo hizo en compañía de su fiel compañero, un pulguiento como él, que nunca le abandonó y que todos conocían como “el perro de me falta” porque Wladimir perdió su identidad bajo ese apodo que lo acompañó hasta su tumba. Fue un apodo que se acomodó a su estatura, a su piel tostada, a su pelo andrajoso, tanto así, que cuando era llamado por su verdadero nombre no atinaba, sólo su apodo le hacía reaccionar.
Fue así, como “me falta” trabajaba un tiempo en cada oficio en el pueblo, incluso hasta el padre Anselmo fracasó en su intento de mantenerlo como sacristán, la maestra Luisa tampoco logró que terminara sus estudios. Lo cierto, es que siempre se las arreglaba para que ocurriera algo que lo obligara a buscar otro camino, que justificara el que se aburriera donde estaba y así volver a mendigar. Ni siquiera la pequeña casa que le construyeron con el esfuerzo de todo el pueblo le satisfizo alguna vez, siempre decía que le faltaba algo y entonces sin más volvía a la calle. Ahí envuelto entre unas mantas abrazado a su perro parecía ser la postal que más le acomodada, ahí podía mantener su eterna postura de “me falta”, esa que compadecía a las mujeres mayores encariñadas con aquel que conocían desde niño.
Lo que nadie podía desestimar era que a pesar de todo, “me falta” poseía cierto ángel en su persona, que hacía que la gente lo quisiera, le confiara sus penas, porque él siempre estaba para todo aquel que lo necesitara, incluso se sabía que había salvado la vida a una mujer engañada y a un hombre cesante que intentaron acabar con sus vidas. Porque si había algo que “me falta” hacía bien, era escuchar. Decía tener siempre todo el tiempo del mundo para ser todo oídos. Y lo hacía con maestría, sabía guardar silencio, aun cuando a veces la ganas de preguntar le mordieran la lengua. De ahí que todo el mundo le tuviera cariño, porque si alguien tenía una pena, sabía que podía contar con “me falta”.
Lo que nadie pudo siquiera vislumbrar es que en el pueblo todos, incluso hasta el padre Anselmo, se acostumbraran tanto a “me falta”. Por eso, lo lloraron en demasía, todos tenían algo de “me falta” que llevaban dentro, la viuda que añoraba su marido, el hombre del negocio que añoraba tener tiempo para descansar, la joven que no encontraba un compañero, aquel cesante eterno que no hallaba trabajo por nombrar algunos, todos de algún modo encontraban refugio en “me falta” y cuando él murió se vieron enfrentados a su cruda realidad.
La mayoría sigue llevando consigo, la costumbre de “me falta” y arrastran la desdicha con ellos. Los menos, al verse sin él, decidieron ir por lo que realmente querían y llenaron el espacio que él dejó.
Dicen que los más débiles y necesitados, aún pelean por quedarse con “el perro de me falta”, de algún modo lo necesitaban para continuar viviendo.
Y tú ¿cuántos Wladimir Gutiérrez has conocido en tu vida, cuantos de ellos viven contigo y cuantos forman parte de ti?
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NO SÉ, NO CREO
NO SÉ, NO CREO
Cuando “NO CREO” decidió emprender el viaje hacia
“NO CREO” entonces le pidió ayuda a un amigo hindú, para que intercediera entre ambos. Con el correr de los días y de los encuentros furtivos que les preparaba el amigo, fue aflorando la atracción entre ellos. Sin embargo, a pesar que la afinidad era cada día más fuerte, “NO SÉ” dudaba de ese amor por venir de un hombre de raza blanca y de distinta creencia religiosa. En tanto “NO CREO” que a esa altura estaba perdidamente enamorado, ponía en tela de juicio cuanto le contaba su amigo, quien le aseguraba que también ella correspondía ese amor, ese amor puro, diáfano, sublime, que traspasaba las fronteras, las razas, los credos, pero que ambos no se atrevían a reconocer.
Las noches estrelladas, sólo provocaban en “NO SÉ” más y más incertidumbre, y entonces escribía notas para ese hombre que la tenía trastornada, que ya no la dejaba meditar tranquila, dado que apenas cerraba los ojos, la apariencia de ese joven sonriente, de piel blanca, cabellos claros, y ojos pardos venía a su mente. Su corazón decía amarlo, pero ella dudaba, dudaba. Ese martirio quedaba impreso en el papel con tinta de su propio puño, donde reconocía esa pasión que le desbordaba, esa sensación de unirse de por vida a su espíritu, de pertenecerle, y entonces las vacilaciones la envolvían y le pedía que la olvidara, que era un amor platónico, que el gran Buda no estaría de acuerdo con esa alianza y que volviera de donde había venido. El mensaje era llevado por su fiel amigo, que se lo leía a “NO CREO” variando en parte los hechos para lograr que los enamorados se juntaran. Sin embargo, “NO CREO” no se convencía y pedía una y otra vez que le leyera las notas de su amada. Quería imaginarse junto a ella, abrazarla, mirarla a los ojos y confesarle cuanto la amaba, pero enseguida empezaba a decir en voz alta, que aquello no sería nunca posible, que eran delirios propios de su juventud, y que debía pronto regresar a su tierra. El amigo hindú, se desesperaba ante su reacción y por más empeño que hacía, por más que se esmeraba en conseguir unirlos, “NO CREO” más se convencía que ello no era permitido.
Fue así como una mañana, el joven hindú que llevaba una nota (donde ella insinuaba estar dispuesta a intentarlo) corrió hasta la habitación donde se hospedaba “NO CREO” con la alegría de la noticia que iba a darle, pero se encontró con ésta vacía. Preguntó a todo aquel que ubicaba a “NO CREO” por él, hasta enterarse que tomó el primer vuelo de la mañana de regreso.
Desolado el joven, por sentirse responsable al no haber sido capaz de unir a esa pareja de enamorados, decidió emprender su peregrinaje por el mundo contando esta historia a todo aquel que le prestara atención, para evitar que otros cometieran el mismo error.
Fue así, que después de varios años, en una mañana soleada y hallándose frente a una multitud de jóvenes sentados en el pasto que escuchaban atentos la hermosa historia, uno de ellos se levantó y le gritó: ¡Para buen hombre de contar la historia, porque yo voy en busca de esa mujer y será mía! La actitud segura del joven encantó al hindú quien al verle alejarse de la multitud, le preguntó a viva voz: Dime muchacho ¿Cuál es tu nombre?
El joven sonriendo dijo “LO CONSEGUIRÉ”.
Nota: No escuches a tus “NO SÉ” ni a tus “NO CREO”, ellos no te ayudarán. Sólo “LO CONSEGUIRÉ” sabe la ruta al éxito.
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SI, PERO
Dicen quienes le conocieron antes de su noviazgo con aquel infame, que “SI” era una bella doncella, querida y agraciada por todo el pueblo. Pero cómo siempre suele suceder la joven tuvo que enamorarse de un rufián que venía de otra aldea. La conquistó con su pasividad, con su indulgencia, incluso con su torpeza. Lo cierto es que dicen las malas lenguas que se casaron a la fuerza y fue entonces que nació “SI-PERO”, una niña que sin ser fea, no contaba con la belleza de su madre, y que sin ser lista, no contaba con la torpeza de su padre. La pobre niña, al poco tiempo fue abandonada, “PERO” se fue porque “SI” lo abandonó una mañana cansada de la vida que él le daba, y “PERO” sin “SI”, no era nada, así que una noche sin preocuparse por su hija le abandonó también.
Desde entonces la joven vaga por la vida dejando a su paso su descarnado destino. Le han visto seducir a hombres y mujeres sin distingo, no importando credo ni estrato social, y quienes han caído en sus redes, se vuelven seres insulsos, tristes, y que se arrastran por los caminos de la desazón y el desconsuelo. Es que una vez que “SI-PERO” te atrapa, todo se vuelve ambiguo, todo podría ser, sino fuera por la parte de “PERO” que domina a “SI”, y es que ella conserva ese optimismo y alegría de su madre, todo es posible para esa parte de su madre “SI”, entonces cuando quiere llevarlo a cabo, la parte de su padre “PERO” aflora y comienza a ver todas las trabas y complicaciones, aún cuando no las hubiera, y se deja abatir, pensando que es culpa del destino, por la desdicha que trajo el casamiento de ambos. Dicen que la joven al principio sufría por la suerte que llevaba a quien le conociera, pero con el tiempo fueron los mismos quienes le pedían se quedara, pues estaban acostumbrados a ella, le necesitaban para continuar sus vidas, esos destinos sin destino, esos caminos sin fin, esa forma de mirar sin mirar. Donde más había mediocridad le buscaban, casi le amaban, ella venía a representar la justificación a todo sufrimiento, a toda soledad, a toda carencia, ella era perfecta.
Cierto día, “SI-PERO” estaba distraída mirando por la ventana, cuando vio un joven apuesto en una moto que pasaba por el lugar. Se llamaba “PUEDO”. Sus ojos llenos de optimismo y poder, fueron hipnóticos para la parte de “SI”, que por primera vez venció a la parte negativa de su padre “PERO”, quien cansada de tanta tristeza, se aventuró con “PUEDO”. Él la llevó por caminos soñados, que nunca creyó conocer de verdad, a pesar de que en lo más hondo de su ser, lo anhelaba. En una noche de luna, decidió entregarse en cuerpo y alma a “PUEDO”, quien le enseñó su mirada. Tiempo más tarde, nació “SI-PUEDO”, un joven despierto que tenía toda la confianza de su padre y el amor incondicional de su madre. Dicen que “SI-PUEDO” anda en busca de todos los “PEROS” para destruirlos, y seduce a todas las “SI” que encuentra en su camino, para que su descendencia haga el resto.
Nota: Si te tienes algún “PERO” en tu vida, avísale a “SI-PUEDO” para que lo destruya.
El gato en la ventana
Es de noche y le siento maullar, me molesta, le tiro un zapato para que se calle, le golpea y cae mal sobre unas latas de zinc y queda herido. Maulló dos días más quejándose, no le presté ayuda por lo irritado que estaba. Ayer dejó de maullar para siempre.
Hoy tampoco puedo dormir, después de todo, creo que lo hecho de menos.
¿Por que no?
Que Dios te bendiga, Que Alá te abrace o Buda te guíe
No importa a quien te dirijas lo importante es la intención de invocar la protección divina en favor de una persona o una cosa. Esa es la cuestión, entender en su magnánima expresión el verbo “dar” , sólo entonces estarás en condiciones de recibir, sólo entonces habrás escuchado el cosmos y estarás en conexión con él. Sólo entonces el mar te pertenecerá, como el cielo, las estrellas, las nubes, el sol, los árboles, los pájaros, las montañas, y tantas cosas más, sólo entonces dejarás de ser pequeño para fundirte en la inmensidad, para disgregarte en la nada y el todo. Podrás caminar por la playa siendo arena, ola, roca, algas que más da, si todo te pertenece como tú a ellos, que importa ser un pez que es devorado, que importa ser el alga que bota el mar, que importa ser la concha que se esconde bajo la arena, si todo estaba aún cuando tu callabas, cuando tus ojos no sabían mirar, cuando tus pies no sabían andar, cuando tus manos no sabían tomar. Aún es tiempo de dar y dar más, dar con el alma, con integridad, y no esperes recibir de vuelta todo, quizás te lleguen en varias vidas más, lo importante es que tú no dejes de dar, no dejes para mañana lo que hoy pudiste entregar, ese beso, ese abrazo, esa palabra, ese minuto para escuchar, para contemplar, para callar. Por eso amigo(a) Que Dios te bendiga, que Alá te abrace o Buda te guié y que encuentres la paz que te ilumine, que tu espíritu esté en armonía y que sobretodo sepas dar, dar es la clave de la felicidad. Darle tiempo a tus padres, darle tiempo a los hijos, a tu perro, a las plantas, a las estrellas, a las mañanas, a los atardeceres, dar gracias a la vida, lo importante es dar. Un gran abrazo a todos los que les llegue éste mensaje de todo corazón.
¿Que es el tiempo?
Que es el tiempo, si para los enamorados no existe, y para los niños es sólo un segundo, una pequeña fracción, si es algo que nadie controla, que todos dicen tener cada vez menos, que los abuelos dicen que ya pasó y que les parece eterno cuando deben enfrentar la muerte. Que es el tiempo, si a pesar de que se puede medir no tiene la misma sensación, para el que espera, o el que está atrasado, o aquel que lo olvidó, o aquel que no puede vivir sin saber la hora que es, mientras la vaca que pasta en el campo no le interesa, y el que sueña con la mujer que ama le parece sólo un instante cuando está con ella y una eternidad cuando no está. Que es el tiempo, cuando esa noticia no llega, cuando no sabemos que pasó con aquel pariente enfermo o ese hijo perdido en el supermercado, cuando se está en un taco, o perdido en un bosque, cuando es de día o de noche, cuando estás en una fiesta o en completa soledad, cuando sientes que te pertenece o cuando deja de pertenecerte, cuando te obligan a la espera, cuando no se apura, cuando se detiene, cuando te persigue, cuando te vigilia, cuando te avisa, cuando se transforma, cuando se atrasa o se adelanta. Que es el tiempo, cuando hemos perdido la conciencia, cuando la eternidad nos viene a visitar, cuando hace frío en una sala de espera de hospital, cuando aquel que dijo iba a llamar no llama, cuando quieres que el mañana llegue o que desaparezca. Que es el tiempo, cuando se pierde a un ser querido, un hijo, un miembro o la moral, la esperanza, cuando piensas que ya no lo tienes más, porque fuiste desahuciado, cuando te quitan la dignidad, cuando violan tus derechos, cuando te arrebatan un sueño. Que es el tiempo, será aquello que perdí mientras lo buscaba, será aquello que nunca podré atrapar, será aquello que mejor debo olvidar, o mantener siempre en el recuerdo, será que habrá un solo tiempo, único, real, para todos por igual. Será una invención, una excusa para mantenernos atormentados, una manera de retenernos, de hacernos pagar por él, de vendernos. Que es el tiempo, me termino de preguntar.
La Tigresa y el hombre
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