Infiel


Desde que te fuiste, transito inerte por la vida, como un ente taciturno, mendigo de tu presencia huérfano de todo sentido. Los pocos amigos que me quedan, no se atreven a hablarme cuando me ven deambular por las calles, buscándote en cada esquina, en cada árbol, en cada mirada, y me devuelven una sonrisa lastimosa, y un gesto como diciéndome que ya vas a volver, que no me desespere. Y yo sonrío, o más bien, dibujo una mueca en mi rostro, mientras me pierdo en algún boliche, albergando la esperanza que llegues inesperadamente, como aquel día, que tras veinte cigarros y tres tazas de café, te apareciste sin más, y me tomaste para hacerme tuyo. Recuerdo que paseábamos de la mano, y mis amigos nos miraban con envidia al recitarte mis poemas o contarte historias a viva voz conquistando la atención de la audiencia, que me alababa. Me convertiste en alguien, me llenaste de sueños y cuando estaba en la terraza de mi ego, me empujaste al vacío, para que se destrozara mi humanidad al quedar huérfano de ti. Pero tu descaro llegó a tal punto, que no contenta con ello, encantaste a mis aliados, para que me provocaran en mi tormento. Desde antes lo supe, sabía de tus arrojos a mi espalda, y de tus romances ligeros con ellos, pero no me importaba, porque siempre venías corriendo a mis brazos. ¿por qué no escuché, a aquellos, que me aconsejaron no confiarme de ti y que viera tu perversidad? Pero ¿cómo hubiese podido, si me ahogabas con sueños hermosos, cada vez que estabas en mis brazos? ¿cómo hubiese podido? Incluso, ahora soy capaz de suplicar que vuelvas, aunque ya no me pertenezcas, aunque sea sólo para percibir tu aroma, tu fragancia que me hacía enloquecer. Hace tanto tiempo que no siento tu calor, que el frío, se transformó en mi eterno compañero, y ya no logro alejarlo ni con el humo de mis cigarros, que inspiro, deseando que perforen mis pulmones, por que sin ti, ya no soy nada, ni siquiera me sale el habla, para maldecirte. Por eso, te ruego, vuelve, vuelve a mi inspiración, que las horas y los días pasan y no escribo nada.

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La Tigresa y el hombre

  Se internó en la caverna del cerro buscando refugio, sin sospechar lo que le traería el destino. Llevaba dos días sin comer, el agua de la...